martes, 7 de julio de 2009

LA DEVOLUCIÓN.

-Hola, buenas, que venia a hacer una devolución.

-Pues usted me dirá -dice la dependienta dibujando una sonrisa mas falsa que judas en su bronceado rostro juvenil.

-Vera, es que hace 30 años compre una estantería aquí, y bueno, que esta mañana, así, sin mas, se ha partido por la mitad y se ha desecho casi por completo.

-¿Como deshecho?, querrá decir astillado.

-No, no, deshecho. Se ha convertido en polvo, en serrín, vamos.

El hombre levanta una bolsa transparente llena del susodicho serrín y la pone en el mostrador.

-Humm, ya veo -dice la dependienta manteniendo el tipo como toda una profesional del mundo del bricolaje de supermercados-. Pero hay un problema.

-¿Si?

-Pues que es imposible que comprara la estantería hace 30 años aquí. Este centro comerciar del bricolaje abrió sus puerta hace solo dos años.

-Si, bueno, ya lo se. Es que en realidad vengo del futuro. La compre hace dos meses... en su linea temporal, quiero decir, dos meses de su linea temporal.

-Aja -dice la dependienta, que sabe que acaba de ganarse el primer puesto al empleado del mes-. Pero entonces ya no lo cubre la garantía. Como sabrá, en esta linea temporal, la garantía es de dos años a partir del momento de la compra.

-Ya ya, pero precisamente compre la estantería aquí porque venia con una oferta especial de compre 2 y llévese una con garantía de por vida. Me acuerdo de que salio un anuncio en la tele, muy gracioso, con 4 osos bailando y un topo con gafas.

-Si, ya recuerdo, Mister Topolino, el topo mas fino.

-Pues eso, que vengo a ejecutar la garantía. Esta mañana, se ha desecho, así, sin mas. Quiero decir, esta mañana de dentro de 30 años.

-Querrá decir 30 años menos 2 meses.

-Ah si, 30 años menos 2 meses. Así es, buena memoria -y ahora es el quien sonríe como si le fuera la vida en ello.

-Pues bueno, entonces... -la dependienta se acerca a la caja registradora y la abre-... ¿Desea un reembolso en metálico o un vale para comprar cualquier otra cosa en nuestro supermercado del bricolaje?.

-Mejor el dinero. Es que vera, en el futuro ya no usan vales regalo... Pero no se lo diga a nadie, no valla a ser que cambiemos el futuro o alguna de esas cosas y entonces nos carguemos el universo.

-Si, claro, no se preocupe. En dinero metálico. ¿Aun se usan euros dentro de 30 años?

-Oh si, aun, el dinero es una de las mejores cosas que aun persisten del pasado, o sea, de su presente, si entiendo lo que le quiero decir.

-Claro, claro -dice la chica contando los billetes y poniéndolos sobre el mostrador, frente a la bolsa con serrín-. Aquí tiene. Si es tan amable de dejarme el ticket de su compra...

-Oh... -dice el viajero del futuro apunto de coger el dinero-... Pues vera, el caso es que lo perdí, o quizás lo tire sin darme cuenta. Es que ya sabe, 30 años son muchos años.

La mano de la dependienta cae como un mazo sobre el montón de billetes y ahora sonríe enseñando aun mas, si cabe, dos perfectas hileras de dientes muy muy blancos, como si fuera un tiburón a punto de morder su presa.

-Pues cuanto lo siento -dice recogiendo el dinero y volviéndolo a poner en la caja registradora-, pero son normas de la casa. Si no hay recibo, no hay garantía, y claro, no hay reembolso en metálico. Usted me entiende, ¿verdad?

-Si... claro... Bueno, pues nada, entonces me vuelvo al futuro, ¿no? Solo había venido por lo de la garantía.

Da media vuelta y arrastra los pies hasta la salida sin ni siquiera mirar atrás ni una sola vez.

-Espere, señor -la chica lo ha seguido hasta el aparcamiento llevando la bolsa de serrín con ella-. Se dejaba su estantería.

-Oh, gracias -el viajero del futuro agarra la bolsa sin mucha convicción-. Si quiere puede tirarla a la basura aquí mismo.

-¿No seria mejor llevársela al futuro?

-No se...

-Claro, llevésela, no valla a crear alguna paradoja si la deja aquí en el pasado. A ver como le dice a su familia que se ha cargado el universo sin darse cuenta.

-Tiene razón -dice sin mucho interés-. Gracias.

-De nada, para eso estamos. Que tenga un buen día.

Se da media vuelta y entra en el supermercado del bricolaje, ocupando de nuevo su puesto detrás de la caja registradora.

Momentos después se le acerca un encargado de sección, que es ademas su jefe, y que parece que ha seguido todo el asunto de cerca, aunque con discreción.

-Bien hecho -le felicita el encargado-. Menuda jeta tenia ese, ¿no?

-Ya le digo, jefe. El tío se creía que a mi me iba a engañar. Es el quinto esta semana que viene con el cuento del futuro. ¿Se quiere creer que no se acuerdan nunca de traer el ticket de la compra?


lunes, 22 de junio de 2009

En el Principio.

Y asi, en mitad de la noche, aburrido, cansado y desilusionado, empezamos esta nueva aventura, por ver lo que puede dar de si.
¿Que más se puede añadir? Los ciclos de Stembra son inmutables. No hay escapatoria posible, y aunque pudiera escapar, no hay agujero lo suficientemente profundo donde esconderse de la muerte y esperar que Entropia se canse y deje este universo.
Es por eso, que sin nada que perder, lo arriesgaremos todo.